..................................Cambiando Paradigmas .... Psicóloga. Verónica D. Montes ................

lunes, 1 de agosto de 2011

23 Maestros de Corazon!

 
-Don José Luis, ¿qué requisitos son necesarios para ser un buen maestro?- pregunta TT, con sincera curiosidad, y tal vez, con el grato recuerdo de algún profesor en su corazón.
- desde mi ahora veo cinco ingredientes fundamentales en la receta del maestro integral:
-En primer lugar, amarse a sí mismo. No se puede ayudar a otro incondicionalmente sin haber conquistado esta necesidad interior. Tenderíamos, sin ser conscientes de ello, a utilizar al otro para que hiciese la conquista por nosotros; el “victimismo” sería una tentación constante, y tarde o temprano, sentiríamos el mordisco de la decepción, al no poder darnos la otra persona lo que le demandamos.
-Segundo: Amar a la vida sin reservas. ¿Cómo puedo preparar para la vida si no la quiero…?. Sentirla como un misterio a desvelar, como una oportunidad para crear, como un camino hacia el corazón del otro, como un espejo de mi propia belleza interior…
-Tercero: Amar también sin reservas a la persona que pretendemos enseñar.
-Cuarto: Provocarla. Este paso es imprescindible si queremos ser matriz de los potenciales que encierra el educando
-Quinto: Es el ingrediente que permite integrar todo lo anterior, se llama confianza. Esta es la base de la amistad junto con el amor. Un verdadero maestro, es amigo, en su sentido más profundo, de su alumno. Algunos compañeros tienen pavor a emplear esta palabra en el contexto educativo. Para mí, si no se atraviesa este puente, habrá siempre una zanja que impedirá una educación radical, en el sentido bello de la palabra. Este pensamiento camina a la par con la idea de que no se puede enseñar, si a la vez, no se está aprendiendo; lo cual implica ver al educando también como educador, y por lo tanto, como un igual. La amistad puede tomar infinitas expresiones, siempre habrá algunas, que lejos de menoscabar la autoridad del profesor, la reafirme.

-- Sus ingredientes parecen muy apetitosos, pero la comida hay que servirla en un plato. A mi modo de ver, éste representaría las condiciones sociales en las que hay que aplicar sus ideales de enseñanza...La sociedad no está por mejorar el sistema educativo, y la clase política es un reflejo de ésta. Para cambiar la situación haría falta transformar la enseñanza, pero esto no se puede hacer sin la fuerza social necesaria, y entramos en un círculo vicioso.

-- Estimado don Armando, el círculo vicioso no hace falta romperlo, tan solo hay que abrirlo a una dimensión vertical, convirtiéndolo en espiral. Es lo que hace la semilla enterrada en la fría e inmóvil tierra, cuando “decide” trepar hacia el cielo. Si contemplamos una simple almendra no somos conscientes de su poder, de su potencial de crear un campo de almendros. Ninguna semilla consulta a las otras para crecer, es una decisión propia y valerosa. Así, la determinación de un solo profesor puede ser un germen de esa fuerza social que hoy no sentimos. Los alumnos de este docente tienen la opción de ser nuevas semillas; y el crecimiento exponencial, inherente al proceso “biológico”, haría el resto. Una cerilla puede quemar un bosque, un corazón apasionado puede prender muchos otros.