..................................Cambiando Paradigmas .... Psicóloga. Verónica D. Montes ................

domingo, 8 de julio de 2012

Cuerpo mente Espiritu

Se aprende con todas las facultades de la mente 
y con todos los sentidos del cuerpo
 

la Educacion Adecuada



DIFICULTADES PARA IMPARTIR LA EDUCACIÓN ADECUADA

Existen varias dificultades realmente para impartir la educación. La más grande es, sin duda, que los que teóricamente deberían educar nunca recibieron la educación correcta ellos mismos. Por lo tanto no pueden repetir mecánicamente lo que no saben. Ello requiere ser originales, inteligentes, creativos y no únicamente imponerse uno mismo. Sus mentes están condicionadas por el viejo sistema, la vieja visión, y por lo mismo 
¡ellos mismos son el principal obstáculo para lo nuevo! Hay que ser sagaz para ser consciente de este hecho y por lo tanto no sólo enseñar sino también aprender a romper con el pasado.

En la nueva visión de la educación no solamente se afronta la responsabilidad de impartir información y habilidades sino también despertar la sensibilidad y la creatividad en los niños, pero no hay un método establecido para ello. Esto es algo que no puede ser decidido, practicado y logrado fácilmente, sin embargo, despiertan en el niño si existe el ambiente adecuado en la escuela o en el hogar. 
Esa es pues la responsabilidad: crear ese ambiente, una atmósfera de trabajo cooperativo, con gusto y amistad, trabajando intensamente pero sin ambición personal o ningún sentido de rivalidad, una atmósfera de apertura, de cuestionamientos, de búsqueda, y de gusto por el aprendizaje todos juntos. Lo cual significa que todos deben vivir y trabajar de esa manera. 
Sermonear no funciona. Un niño aprende de lo que realmente ve que está pasando a su alrededor, no de lo que se habla en el aula. Si se da cuenta que se dice una cosa y se hace otra, aprenderá a hacer exactamente lo mismo. Lo cual significa que terminará aprendiendo hipocresía! 
Un profesor que castigue a un niño porque hace mal su suma incorrectamente no solamente está comunicándole que el fuerte pude dominar, sino ¡que se debe penalizar al débil! Por tanto hay que ser muy cuidadosos. El niño absorbe los valores que ve, no los que les explican mediante conversación.

Intelectualmente los adultos podrían saber más que el niño pero en los temas mayores de la vida enfrentan los mismos problemas, las mismas dificultades que los niños problemas de aburrimiento, preocupación, miedo, hábitos, conflictos, deseos, frustraciones y violencia. Por lo tanto necesitan experimentar junto con el niño, no meramente enseñar. Demanda gran honestidad, humildad, sensibilidad y paciencia. 
Esa es la dificultad, ser un educador que está dispuesto a aceptar que el reto y no buscar una salida fácil. No existe. Las verdades más profundas provienen de una mente reflexiva como revelaciones (insights) que no pueden ser enseñadas por otro. Uno no puede hacer nada para crear revelaciones pero no deben bloquearlas con una mente muy activa y ambiciosa que no tiene tiempo de pararse y mirar fijamente.

La humanidad está atrapada en una gran ilusión. Piensa que puede resolver sus problemas a través de la legislación, de reformas políticas y sociales, a través del progreso científico y tecnológico, a través de más conocimiento, más riqueza, más poder y más control. Tal vez pueda resolver algunos problemas con todo esto, pero se trata de curas triviales y temporales. 
Con estos métodos se pueden ir creando nuevos problemas por un lado, y por el otro tratar de resolverlos para mantener la ilusión de progreso. El famoso humorista Ogden Nash escribió en una ocasión, “¡El progreso fue alguna vez lo correcto, pero se hizo demasiado largo!” Es importante considerar muy seriamente esta observación. 
Si los seres humanos no hacen una transformación interna, pronto pasarán a la lista de aquellas criaturas que vivieron un millón de años más o menos, y entonces se convertirán en seres extintos porque no se pudieron adaptarse. La supervivencia requiere no la inteligencia del “progreso” sino la habilidad de cooperar y amarse unos a otros para vivir en armonía con la naturaleza. La hormiga ha sobrevivido más tiempo que el ser humano. 

Lo que necesitan ahora no son más habilidades y eficiencia, sino mayor cohesión, mayor compasión, mayor capacidad de compartir y trabajar juntos.

Angel Luis Fernández.

MENSAJE para PADRES



La mejor educación a los hijos es que la que provee de mensajes positivos en todas las circunstancias. Esta actitud les impulsa a vivir mejor y a rendir al máximo con sus cualidades y les motiva con el poder del elogio. Ciertas frases, como las que se detallan a continuación, constituyen una estimable ayuda por cuanto contienen en sí mismas una gran carga de fuerza y motivación:

• Cuenta conmigo, sin condiciones
• Siempre confío en ti.
• Mereces salir adelante
• De seguir así, seguro que tendrás éxito en la vida.
• Animo, no te preocupes, nadie es perfecto.
• Estoy orgulloso/a de ti.
• Tienes derecho a disfrutar y a ser feliz
• Haré lo que pueda para que te sientas bien.
• ¡Te quiero!

Estos mensajes, cuando salen del corazón y se dicen con asiduidad, y con hechos, tienen más valor que cualquier regalo material.

Pero además, no permitan que se les esfume la posibilidad de mantener siempre un diálogo abierto con ellos.

Para ello,

INVOLÚCRENSE

Los niños que tienen una relación fluida y unida con sus padres y maestros corren un menor riesgo de participar en comportamientos que comporten algún tipo de riesgo. Si participan más en la vida de sus hijos, ellos se sentirán más valorados y siempre responderán mejor a sus expectativas.

• Establezcan un “tiempo juntos”. Cumplan una rutina regular cada semana para hacer algo especial con su hijo –aunque sea algo tan simple como salir a comer un helado, ir a pasear a un parque o leerle un libro-.

• Coman juntos siempre que puedan.Las comidas son una gran oportunidad para hablar y compartir lo que ha sucedido en el día – para relajarse, fortalecer y conectar. Existen estudios que muestran que los niños de las familias que comen juntos por lo menos 5 veces a la semana corren un menor riesgo de involucrarse con drogas o alcohol. Y si apagan la televisión cuando comen juntos, se aumenta la efectividad.

• Fijen unas reglas claras y refuércenlas justamente, pero no solo para ellos, sino para todos.

APRENDAN A COMUNICARSE
Mientras más hablen con sus niños, más fácil será que se expresen sobre temas que les preocupan y se los confíen. Para ello:

• Escúchenlos. Háganles preguntas y motívenlos a que hagan lo mismo. En sus propias palabras, repítanle al niño lo que está diciendo. Pregúntenle qué piensa sobre las decisiones de la familia. Si demuestran interés en escucharlos, los niños se sentirán más cómodos y desinhibidos para dejarles saber cuáles son sus inquietudes.

• Denle siempre respuestas honestas. No inventen lo que no saben; mejor díganle que lo van a averiguar.

• Dejen fluir sus sentimientos y enséñenles a expresar los suyos de forma constructiva.

PREDIQUEN CON EL EJEMPLO

Sean o intenten ser un ejemplo y una referencia para ellos, es decir, esa persona que quisieran fuese su hijo.

• Sean diariamente un vivo ejemplo de valores importantes. Muéstrenles la compasión, la honestidad, la sinceridad, la generosidad y la franqueza que desean que tenga.

• No usen la imposición, ni la violencia, ni la descalificación sistemática.

• Establezcan reglas para medicarse con seguridad. Enséñenles el valor de la prudencia y de la precaución. Háblenles sobre las medicinas y otras sustancias, incluyendo la peligrosidad que entrañan, sobre sus usos, y sobre las opciones disponibles para cuando no se siente bien

ELOGIEN MAS Y CENSUREN MENOS

¿Qué motiva más a un niño que la aprobación de sus padres? Una palabra correcta a la hora correcta puede fortalecer la conexión que ayuda a mantener a su hijo lejos de las drogas. Las expresiones de amor, aprecio y de agradecimiento poseen un gran valor intrínseco.

• Valoren el buen comportamiento, de forma consistente e inmediata, pero no acostumbren a sus hijos a los premios y a los castigos, pues con ello solo conseguirán que actúen por interés y no por vocación. De vez en cuando, permítanles equivocarse, de ese modo, asimilarán una experiencia importantísima. Simplemente, establezcan una relación de aspectos que consideren positivos, frente a los que entienden que son negativos y comprométanse a cumplirlos, junto con ellos. Ayúdenlos a tomar decisiones correctas y seguras, pero no se acostumbren a tomarlas por ellos.

• Acentúen lo positivo. Enfaticen todo aquello que sus hijos hacen bien. Traten de no ser tan críticos. El afecto y el respeto –ayudándole al niño a sentirse bien sobre sí mismo– fortalecen la buena (y cambian la mala) conducta con más éxito que la vergüenza o la incomodidad.

EVITEN LOS REPROCHES SISTEMÁTICOS, LA IRONÍA Y EL SARCASMO.




 

Y no olviden que

Si un niño vive criticado, aprenderá a condenar.
Si un niño vive con hostilidad, aprenderá a pelear.
Si un niño vive avergonzado, aprenderá a sentirse culpable.
Si un niño vive alabado, aprenderá a apreciar.
Si un niño vive con honradez, aprenderá a ser justo.
Si un niño vive con seguridad, aprenderá a tener confianza en sí mismo.
Si un niño vive con aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo.
Si un niño vive con amor, aprenderá a encontrar amor en el mundo.