..................................Cambiando Paradigmas .... Psicóloga. Verónica D. Montes ................

viernes, 20 de enero de 2012

El Juego, mirada transpersonal

El niño ha venido a jugar y crecer jugando. A aprehender el mundo jugando. A conectarse nuevamente desde el juego con su origen espiritual, para plasmarlo en el mundo a través de la alegría, la risa, la creatividad, la magia e inocencia. Ha venido a amar el mundo pero para amarlo necesita conocerlo. Si no tiene esta oportunidad, su despliegue de amor será limitado.
 
Lamentablemente gran parte de la humanidad de hoy se ha separado de su niño interior. Se ha olvidado de jugar, ha perdido la capacidad de ser inocente o espontánea. No saben cómo ser niños, y en vez de aprender de ellos, de sus capacidades, tratan de trasladarlos hacia su propia incapacidad, hacia su manera material, y muchas veces fría, de ver y vivir el mundo.
 
Debemos ser concientes de que el niño necesita estar en contacto con la vida.Necesita vivir experiencias donde él sea protagonista. Necesita sentirse vivo dentro del juego, no un simple espectador de la vida de otros personajes.
 

El niño de hoy necesita conocer el origen de las cosas, de los alimentos, de las verduras, de todo lo que llega a sus manos. Necesita vivir el proceso de creación.
Si el niño crece en total abstracción de esto, si cree que todo lo que llega a sus manos no tuvo un proceso, un tiempo de maduración o creación, correrá el riesgo de ser un niño con poca paciencia, con poca concentración, con poco amor hacia lo que toca y vive. Será un niño que quiere todo ya.
 
La actividad y los desafíos son los que mantienen la alegría de un niño.
Cuando tomemos conciencia de que cada cosa que hacemos influye al niño profundamente, llegará el tiempo en que no habrá esfuerzos por educar,enseñar o motivar al niño a hacer algo. Bastará con nuestro sólo ejemplo.
Pero esto lleva un mayor esfuerzo y autodisciplina del adulto, es por eso que aun continuamos usando las palabras, las prohibiciones o explicaciones para educar.
 
Cuando elevemos nuestra conciencia como humanidad,bastará con ser naturales delante de un niño, y ese será su mejor maestro.
 
Cuando el niño crece jugando, el juego lo estimula íntimamente, y todo su ser se encuentra vibrando este juego, se despierta entusiasmo en él.
El juego es subjetivante, el jugar constituye el psiquismo del niño.
 

El entusiasmo es voluntad, y la voluntad es uno de los elementos más importantes para formar una personalidad fuerte, flexible y capaz de enfrentar los desafíos de la vida.
La voluntad es la que nos empuja a hacer; es la que nos despierta la motivación y el deseo de movernos a hacer algo.
Hoy los niños sufren en la escuela la falta de voluntad, de deseo de hacer.Hoy los adultos sufren la falta de voluntad en la vida cotidiana, en el trabajo,en las relaciones.
Un niño con un sano desarrollo de la voluntad será un niño con pocas dificultades en la escuela, así como lo será en la adultez, en su trabajo y en su vida diaria.
 
Si queremos lograr que en su adultez los niños tengan un espíritu abierto a las experiencias, un espíritu fuerte, desafiante ante los improvistos, vital y lleno de vida, debemos procurar que hoy siendo niños, el juego vigorice su voluntad. Para esto será necesario que el niño participe activamente en el juego.
Es tiempo de frenar, de detener la vorágine de objetos inanimados que rodea al adulto y al niño de hoy.
Es tiempo de retornar al camino de la simpleza, y se puede hacer a través del niño, junto al niño, ¡jugando!

Juguemos, recuperemos al niño que fuimos para crecer junto a quienes vienen a mostrarnos el camino.. nuestros niños!! ♥ Awka.

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