Cuando habla, a Noemí Paymal se le escapa una sonrisa, además de un
inconfundible acento francés. Esta antropóloga de origen galo, que
actualmente reside en la ciudad de La Paz, estuvo en Buenos Aires como
parte de su gira mundial de difusión de emAne (Enlace Mundial para una Nueva Educación)
, una alianza internacional cuyo propósito a largo plazo es transformar
y cocrear una educación integral en el planeta. Aquello que a simple
vista suena utópico, para Noemí es un camino que se está allanando,
gracias a una nueva conciencia que se nutre de pequeñas comunidades de
padres y educadores en diversos países del mundo. Asimismo, esta mamá de
cuatro hijos "muy traviesos" capacita a los adultos para que podamos
estar a la altura de las nuevas generaciones de chicos -más veloces, más
sensibles y más intuitivos que sus educadores-, que prometen cambiar el
paradigma de la vieja educación y revolucionar todo lo conocido hasta
hoy en materia pedagógica.
¿Cuáles son las características más llamativas de estas nuevas generaciones de alumnos?
En general, son los propios padres quienes mejor definen esta
generación diciéndonos que sus hijos "se les van de las manos"... Porque
son retadores y extremadamente inteligentes, y tienen una velocidad
notable para aprender. Son carismáticos y sumamente sensibles al mismo
tiempo, con niveles de percepción sensorial mucho más agudos que los de
un adulto: " Esto tiene olor feo ", " No me gusta esta comida " o " No me grites
" son frases muy comunes para ellos. Por otro lado, su metabolismo ha
cambiado: algunos pediatras sostienen que metabolizan las mitocondrias
-las células que suministran la energía- de manera más rápida y más
fina, o sea que son capaces de generar energía más sutil en menor
tiempo. Esta aceleración del metabolismo también produce chicos que
comen y duermen menos, y aun así siempre tienen reservas energéticas. Y
los psicólogos sostienen que los chicos de hoy tienen la madurez
psicoemocional, intuitiva y espiritual mucho más aguda, son capaces de
percibir casi cualquier cosa. Por ejemplo, un nene de 3 años puede notar
la tristeza de su mamá así como un alumno puede darse cuenta de si su
maestro está con problemas.
Los contenidos también tienen que adaptarse a este tipo de chicos, supongo...
Ése es otro de los problemas, porque los contenidos son del
siglo pasado, cuando el chico está veinte años adelantado a su maestro o
profesor. Ese defase es el que buscamos equilibrar con la "pedagooogía
3000", teniendo más conciencia de las necesidades de estos nuevos
chicos, así como de la sociedad y la cultura en que están insertos.
Y en cuanto a la actitud hacia el aprendizaje, ¿cómo los ves?
Hicimos estadísticas con chicos de 6 a 8 años, y la
conclusión fue que entre un 70 y un 80 por ciento de ellos son
autodidactas y autodesarrollados, es decir que quieren hacer todo solos.
¿Existe acaso algo mejor para la educación? ¡Hay que dejarlos que
hagan!
Que se vistan solos, que coman solos, que investiguen, sin darles
siempre la solución servida...
Otra de las grandes ventajas es que
estos chicos utilizan ambos hemisferios del cerebro; tienen el derecho
muy desarrollado, que es el que tiene que ver con el movimiento, la
intuición, la música, y que es capaz de hacer varias cosas a la vez.
El
izquierdo es un hemisferio más lógico, más lento -aunque, obviamente,
también se necesita a la hora de aprender-, pero la combinación de ambos
es lo que permite que un nene de 6 años te haga un jaque mate en sólo
dos jugadas.
¿Son chicos que tienen más inteligencia?
No es que son más inteligentes, sino que saben utilizar
todas las inteligencias múltiples que poseen, que son trece en total:
lingüística, lógico-matemática, espacial, corporal, musical,
interpersonal, intrapersonal, naturista, emocional, espiritual,
intuitiva, práctica y cocreadora.
¿Qué pasa con su manera de aprender, entonces?
En vez de aprender de manera lineal, pueden aprender todo a
la vez, lo que nosotros llamamos "aprendizaje holístico".
Y otra cosa
esencial es que aprenden a partir de la acción, porque se ha observado
que tienen muy activo el lóbulo frontal del cerebro, y esto provoca que
busquen soluciones inmediatas, utilizando el pensamiento lateral.
Son
chicos de acción, que no tienen miedo a hacer. Por ejemplo, en Rusia,
visité escuelas en donde el secundario se realiza en sólo dos años bajo
esta concepción del saber holístico, en donde los jóvenes son sus
mejores maestros. Eso construye alumnos autónomos y, asimismo,
brillantes.
Dijiste que una de las cosas más importantes para la "pedagooogía 3000" es el factor emocional...
Si un alumno tiene problemas emocionales, sólo es capaz de
retener un 20 por ciento de la clase. El 80 por ciento restante no lo
incorpora, o sea que ni siquiera vale la pena que vaya a la escuela. Hay
que dejar que los chicos transmuten lo que les pasa a través de un
dibujo, una canción, un baile, cualquier cosa... Mover el cuerpo es un
vehículo para bajar su ansiedad emocional. No hay que tratar estos
problemas desde lo mental, sino que hay que trabajarlos a través de
disciplinas como el teatro o el juego.
La educación que excluye el
factor emocional de los alumnos no sirve para nada.
¿Cómo imaginás la escuela en el año 2050, por ejemplo?
Yo la veo como una escuela-taller, una especie de centro
cultural y de producción autónomo y sustentable, en donde los chicos
puedan aprender desde biotecnología hasta cómo hacer una mermelada. Los
imagino como lugares para vivir, para ser productivos, para hacer arte,
para utilizar tecnología de avanzada...
En la Argentina, ya existen unas treinta escuelas
experimentales que siguen esta línea pedagógica, además de muchas
iniciativas personales y cooperativas llevadas a cabo por docentes y
padres. Veo un foco de luz en cada escuela.
Por ejemplo, sé que en Villa
María (Córdoba) existe un consejo de niños y jóvenes en la intendencia
para tomar decisiones difíciles cada vez que existe un problema en la
ciudad. ¿Por qué? Porque ellos ven soluciones más fácilmente que los
adultos. ¿No es genial?
Noemí
Paymal, la antropóloga francesa que busca transformar y cocrear una
educación integral del planeta - Foto: Florencia Cosín
(entrevista realizada por María Eugenia Castagnino para revista OHLALÁ!)
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